El coste de la calidad de las actividades QA/QC se enfrenta a diferentes retos en un entorno de producción
Existe una fuerte y clara correlación entre la calidad de los procesos y los costes del propio laboratorio.
En el mundo actual, los responsables de los laboratorios se ven obligados a estirar sus recursos y a asignarles elevadas cargas de trabajo, lo que a menudo obliga a realizar recortes que podrían afectar a la calidad de las actividades y al resultado del laboratorio.
Sin embargo, las empresas que suministran productos al mercado se centran en aumentar su capacidad de ser competitivas y en mejorar la eficacia de los procesos de producción.
La calidad, para los laboratorios, no es una opción; debería ser una parte fundamental de la creación de una actividad empresarial. En cambio, los laboratorios se enfrentan a un gran reto: el coste de la mala calidad.
Con demasiada frecuencia, la calidad se considera un coste que hay que controlar al máximo. Por otro lado, el suministro de información financiera precisa relacionada con las actividades de calidad no se considera una prioridad. Suele ser una reacción a peticiones específicas o una reacción a situaciones difíciles: cuando la calidad de los productos disminuye, los departamentos de garantía de calidad y de control de calidad son retados a garantizar que se dediquen suficientes recursos a los controles de la salida de productos; cuando la empresa se enfrenta a desafíos financieros, se pide a los departamentos de garantía de calidad y de control de calidad que revisen sus costes para que estén en consonancia con el rendimiento general de la empresa.
En definitiva, los departamentos de control de calidad deberían dedicar más tiempo a asegurarse de que su rendimiento financiero está perfectamente alineado con la gestión de la empresa. ¿Cómo hacerlo?
¿Dónde está el verdadero reto del coste de la calidad?
Todos los departamentos de control de calidad pueden proporcionar informes breves sobre la cantidad de actividades, desviaciones atendidas, muestras analizadas, pruebas realizadas, etc.
¿Es esto lo que busca la dirección de la empresa?
Lamentablemente, no.
¿Los departamentos de control de calidad están realmente alineando su información financiera con la de la empresa?
Este es el primer reto a tener en cuenta. Tener una visión clara de la información esperada puede resolver muchas discusiones internas. Es un buen punto de partida.
Pero, de nuevo, esto puede no ser suficiente porque los resultados esperados no se pueden proporcionar o pueden costar una gran cantidad de tiempo de gestión.
Por tanto, ¿dónde está el problema? La falta de datos brutos estructurados. Es evidente que se dispone de información de alto nivel: el coste de un determinado instrumento, la cuota de mantenimiento correspondiente, los servicios adquiridos a empresas externas, etc. Este tipo de información es fácilmente recuperable del sistema financiero de la empresa. Los verdaderos retos están relacionados con el coste específico asociado a las principales actividades de la empresa: el coste de las actividades de calidad relacionadas con un determinado lote de producción, un producto específico, una categoría específica de productos. Aquí comienza el reto.
¿Cómo identificar los costes de calidad y eliminar los gastos innecesarios?
Para responder a este tipo de preguntas, los departamentos de control de calidad deben ser capaces de conocer la cantidad de tiempo que se ha dedicado a gestionar las actividades de control de calidad/QC asociadas a un elemento determinado de la empresa (lote, producto, etc.). La mayoría de los departamentos de control de calidad no recogen información detallada sobre el tiempo dedicado a cada actividad (desviaciones, reclamaciones, etc.) ni hacen un seguimiento de la cantidad de tiempo dedicado a sus actividades (pruebas, problemas de calidad, solicitudes de los clientes, etc.). Tienen dificultades para indicar la cantidad de tiempo que se utiliza un instrumento. La única solución es un sistema de seguimiento del tiempo que rastree las horas empleadas en cada una de las tareas indicadas.
Optima ofrece este tipo de solución: este planificador de recursos de laboratorio permite asignar los recursos humanos y los instrumentos (cuando son necesarios) a las diferentes actividades. El resultado es la capacidad real de definir la cantidad de tiempo que se dedica a cada actividad y con qué finalidad. Una simple consulta en la base de datos del planificador de recursos de laboratorio Optima puede responder a la mayoría de las cuestiones anteriormente planteadas.